miércoles, 12 de mayo de 2010

EL GAS Y LA MEDIOCRIDAD.

Antonio Morales Méndez
Alcalde de Agüimes


No cabe la menor duda de que uno de los grandes retos por resolver en esta tierra, porque condiciona de manera significativa nuestro futuro, es definir su modelo energético. La incapacidad del Gobierno de Canarias para apostar por un modelo limpio y eficiente, el monopolio paralizante y puramente mercantilista de Endesa y la complicidad de la política fraudulenta y los negocios en torno a este tema, nos ha colocado a la cabeza de la fragilidad en el suministro y a la cola de la sostenibilidad en la producción de energías limpias. Pues bien, en torno a la energía, a la penosa realidad que sufrimos y a las escasas perspectivas de soluciones inmediatas al problema por parte del ejecutivo canario, se han sucedido en los últimos días algunos acontecimientos significativos que nos hacen vislumbrar un futuro distinto. A pesar del Gobierno autonómico, insisto.

Durante los días 26 y 27 de abril se celebró en Las Palmas de Gran Canaria un importante encuentro de expertos y empresas para tratar sobre las alternativas energéticas en las islas y archipiélagos del mundo, en el que nuestros gobernantes volvieron a rozar el ridículo demostrando su desconocimiento de la realidad y su insolvencia a la hora de aportar experiencias de trabajo y de futuro: Paulino Rivero abría esta reunión de especialistas con un brindis al sol por unas renovables que ha sido incapaz de instalar; hablaba, desde la vacuidad más absoluta, de unas islas que deben ser un campo experimental en el uso de la energía para crear ciudades respetuosas con el medio ambiente e insistía en introducir el gas (al fin y al cabo la única verdad que transmitía a los presentes); y entonces habló Pedro Ballesteros, representante de la dirección general de Energía de la Comisión Europea y le arrojó un vaso de agua fría a la cara al denunciar públicamente que Canarias tiene pendiente la asignatura del ahorro y la eficiencia, que ya estaba bien de hablar de las Islas como “laboratorios” y que había que pelear por un modelo singular para este Archipiélago.

En esas mismas jornadas distintos expertos nos hacían llegar propuestas sobre biocombustibles, reforestación y energías eólicas, fotovoltaicas, mareomotriz, etc, y la propia Endesa, con su matriz Enel, afirmaba, después de negarlo más veces que san Pedro, que es posible almacenar energía renovable a través de baterías de distinta tecnología, que ya se estaban implantando en Canarias -algo por otra parte inventado allá por los años sesenta-. Pero el bofetón mayor vino sin duda de la mano del representante de Isla Reunión que con un millón de habitantes y mil kilómetros cuadrados más que Gran Canaria, prevé autoabastecerse de energías renovables al 100% en 2030.

Un día más tarde, la Mancomunidad del Sureste abría su V Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles con la intervención de, entre otros, representantes de Hawai y Galápagos que defendían el rechazo a las energías fósiles y la implantación de energías renovables como único recurso para ya mismo, dentro de un proyecto global de desarrollo sostenible.

Por esos mismos días el Cabildo anunciaba que el ministerio de Industria despejaría todos los problemas administrativos que surgieran para hacer posible la central hidroeléctrica de Gran Canaria, una propuesta de la que llevo hablando desde hace muchos años y que se encontraba durmiendo muchos más en un cajón del anterior presidente cabildicio, José Manuel Soria, uno de los defensores a ultranza en estos momentos – en otros no- de la introducción de gas en Canarias. Por cierto, espero que el Cabildo vaya más allá de poner esta nueva infraestructura eléctrica en manos de Unelco-Endesa-Enel para acrecentar un monopolio que nos acogota, y facilite la constitución de un eje de agua, viento y sol revolucionario, más allá que servir a Unelco de almacén de la energía que le sobre por la noche. Pero de esto les hablaré la próxima semana.

Desde la certeza de que esta central puede aportar entre un 25% y un 30% del consumo energético de la Isla, diversos políticos y técnicos insulares manifestaron a la opinión pública que esta obra haría innecesaria la planta de gas. ¡Para qué fue aquello! El Gobierno no dudó ni un segundo en salir a la palestra, a través de unas declaraciones de su portavoz y de un artículo del director general de Energía, para descalificar la propuesta del Cabildo con la falsa cantinela de que si no entra el gas nos costará la generación de energía 150 millones más anuales sólo en Gran Canaria, obviando el REF, la inseguridad del suministro al depender de Rusia y Argelia, el calentamiento global al que contribuye enormemente el metano, la escasez del producto en los próximos años y la dificultad de amortización de una planta de estas características en estos momentos.

El sometimiento a los poderosos empresarios que se vieron beneficiados a dedo de la concesión del gas no les deja ver la realidad y quizás sea por eso que no se han enterado de la noticia que el diario Público nos hacía llegar a principios de abril por la que conocíamos que, según han informado las eléctricas a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), los 13.700 MW de gas previstos para el próximo lustro se han quedado en el aire y que de éstos más de la mitad, un 52%, corresponde a Endesa, que preveía construir 16 ciclos combinados (gas-fuel), con 7.350 MW de potencia y 3.600 millones de inversión que no se harán. Los ciclos combinados, de moda en los últimos 10 años por diversas causas, algunas muy poco claras, han entrado en franco retroceso en toda España “por el auge de las energías renovables, la aportación de la hidráulica y la baja demanda”.

El presidente de Iberdrola manifestaba también, ante una pregunta sobre la construcción de una planta de ciclo combinado en Santurtzi, que su empresa no construiría más centrales de este tipo “ni en Santutrzi, ni en ningún otro sitio”. Por esas mismas fechas el Gobierno central, según laopinióncoruña.es, nos decía que estima que la producción de los ciclos combinado se reduzca un 25% en el horizonte de 2020, lo que agravaría las dificultades de unas centrales que “tienen su rentabilidad muy comprometida”. Para L. Gancedo “Unesa (la patronal de las eléctricas) señala que se corre el riesgo de “tener ociosos” 25.000 megavatios de equipos casi nuevos y sin amortizar, construidos durante los últimos años siguiendo las anteriores planificaciones energéticas de gobiernos del PP y PSOE. Las eléctricas piden que para sostener los ciclos combinados se les dé una retribución especial por su papel como respaldo de la energía eólica, como energía de emergencia cuando no sopla el viento, misión que comparten con las térmicas de carbón. Sería otro cargo a cuenta del recibo de la luz”. De nuevo la ciudadanía de paganini. A soportar los pufos.

También Antoni Brufau afirma en El País que sus objetivos pasan por “convertir Repsol, de una compañía de crudo y gas, en un grupo de energía para el transporte”. Y por aquí, los que deberían saber y actuar, sin enterarse. Siempre por detrás, a la cola de todo siempre.

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