sábado, 30 de agosto de 2008

CARTA DE UN CASTILLERO

Estimados Vecinos y Amigos:

De todos es conocida la lucha que un gran número de vecinas y vecinos, en su mayoría gente de este pueblo del Castillo, llevan sosteniendo con las Instituciones desde hace meses. Esta lucha está motivada en su mayor parte por el abandono a nuestra suerte de una Corporación Municipal que dice apoyar nuestra causa y no mueve un dedo, de un Cabildo lacayo de Madrid que muerde la mano que da de comer a casi todos, de un Gobierno Autónomo que con una mano nos defiende y con la otra nos vende, y de un Estado ciego y prepotente, del que estamos recibiendo el mismo trato que colonia bananera.

El porqué de esta lucha todos lo sabemos. Debemos detener este despropósito. Nuestros hijos y nietos nos preguntarán en el futuro si hicimos todo lo posible por evitarlo, y habrá que responder que sí. Nuestro poder es la Unión, y nuestras armas son la imaginación y el respeto por las Leyes. Esto no debemos olvidarlo.

Tampoco debemos olvidar que somos David contra Goliath, y aunque estamos convencidos que tenemos la razón de nuestra parte debemos ser cuidadosos con los métodos. A veces, la rabia y la impotencia que nos produce el atropello que venimos soportando nos empuja a otras vías, y contenerse es complicado en muchos casos, pero aquello a lo que nos enfrentamos tiene muchos medios a su servicio, y cualquier error por nuestra parte será aprovechado para desacreditar nuestra causa, echando por tierra todo el apoyo recibido y poniendo en duda nuestras legítimas razones. Hasta hoy hemos tenido que soportar de todo: engaños, multas, amenazas, boicot, seguimientos, incluso las lamentables agresiones físicas que seguro no ha olvidado nadie, pero no permitamos que eso nos ciegue, porque están al acecho. Estas maniobras están perfectamente calculadas por profesionales y son trampas que debemos evitar. Nos provocan para indignarnos y que cometamos actos punibles para luego usarlos como represalias y para conseguir el rechazo de la opinión pública.

Muchos de los que estamos aquí han hecho esfuerzos y sacrificios de todo tipo en la medida de su disposición y posibilidades, y entre todos hemos formado un Colectivo que ya nos consta que somos un ejemplo a seguir para muchos, incluso fuera del ámbito insular. Son muchos los que nos miran y admiran, y poco a poco nos estamos convirtiendo en algo más allá que un colectivo de protesta. Para aquellos que nos acusan de vivir en la cultura del No, hay que decirles que la nuestra es una iniciativa del .

Sí a la prisión. Pero con criterios ajustados a la realidad Grancanaria y alejada de nuestra fuente de riqueza.

Sí a las energías distintas al petróleo. Pero de fuentes renovables y que no supongan un riesgo para la población.

Sí al Vertedero. Pero que se haga cumplir escrupulosamente la normativa sobre residuos y cerrarlo una vez colmatado.

Sí a todas las infraestructuras necesarias. Pero es de justicia distribuir sus consecuencias en otros puntos de la Isla.

Sí a una atmósfera libre de tóxicos para nosotros y para nuestros hijos y nietos.

Sí a unas expectativas de futuro para nuestra tierra.

Es importante guardar fuerzas para futuros desafíos. El caminar despacio y constante es la garantía de que llegaremos lejos. No estamos solos, aunque en los malos momentos así lo parezca. La mejor manera de vencer es convencer, y estamos seguros de que ese convencimiento se está extendiendo. Resistamos a las provocaciones y mantengamos la esperanza de lograr nuestros objetivos. El pueblo del Castillo ha puesto a cada uno en su sitio, y ya no engañan sino al que se deja engañar. Sigamos así.

Muchas gracias por leer estas líneas y nos veremos en la lucha.

Un castillero orgulloso de su pueblo.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Sus comentarios rebosan sentido común e inteligencia, pero... ¿se le puede perdir mesura a un pueblo que ha sufrido y sigue sufriendo tantas vejaciones injustificadas?
Puede que estén esperando un gesto equivocado para castigarnos.
¿Es que pueden inventarse mayores castigos ?
Repare en que la lucha de David con Goliat terminó como terminó.