por José M. Balbuena
maspalomasahora.com
Las aguas bajan turbias en el Sur de Gran Canaria. Y no lo digo yo. Lo dicen los hechos, lo dice la prensa. Estamos poniendo a prueba uno de los más importantes recursos económicos con los que cuenta esta isla. No sabemos si resistirá. Existe mucho pesimismo, bastante miedo, y hasta diría alguna que otra depresión en el sector turístico. Y la depresión ha captado a más de una persona también. Hay un evidente desconcierto y un deterioro económico, social y político.
El caso de Mogán, donde se airea la presunta irregularidad del alcalde de este municipio ha trascendido más allá del ámbito de Canarias. Respetamos la presunción de inocencia porque no somos jueces ni podemos hacer juicios paralelos, pero, bajo mi punto de vista, cuando flota en el ambiente la menor sombra de duda en una gestión política, sea municipal o de cualquier otra institución pública, lo menos que puede hacerse es dimitir, hasta que se aclare la situación. En principio, nadie admite que pueda haber realizado alguna acción punible. La mayoría de las veces consideramos que lo que hemos hecho ha sido lo correcto.
Pero no siempre sucede así. De todas formas, tendrá que ser la Justicia (yo diría la poca Justicia que tenemos en esta democracia) la que diga la última palabra. Por otro lado no se puede utilizar el nombre de un partido nacional, o regional, que ni siquiera es de sus dirigentes, sino de sus votantes y militantes, para dañar su imagen. Muchos lo han hecho con el PSOE (y seguirán haciéndolo) y ahora suena más la presunta corrupción del PP en diversos ayuntamientos, tanto en Canarias como en la Península.
El turismo en Mogán está tocado del ala, por las razones que todos conocemos. Ha habido desmadre urbanístico, se ha construido sin tener en cuenta el impacto medioambiental, se ha deteriorado el paisaje, en un lugar que se dice turístico se vierten al mar aguas residuales sin depurar, se han cerrado establecimientos turísticos por considerarse obsoletos y desfasados; se ha luchado de forma irracional para acabar con la agricultura y la pesca, como si fueran incompatibles con el negocio turístico y ahora, de propina, suenan estos sones relacionados con presuntas corrupciones y noticias relacionadas con Juzgados, denuncias, contradenuncias, intervenciones de teléfonos, etc. La verdad es que este municipio ha sido siempre un foco de inestabilidad y mala gestión.
Para un canario es triste que nuestra autonomía destaque en la prensa y televisión peninsular solamente por sus noticias negativas: por presuntos casos de corrupción de determinados políticos; por nuestras grandes cifras de desempleo; por el desgobierno de quienes se aferran al poder, a pesar de su reconocido fracaso; por las luctuosas noticias de quienes se acercan a Europa (al menos a esta ficticia Europa canaria) para mejorar su vida, pero mueren en su intento, y por otros tantos signos negativos que indican que hemos perdido el Paraíso y que nos encontramos en un volcán de problemas que explotan por todos lados.
En la segunda parte de este comentario he dejado el desmadre del ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Aseguran que es uno de los municipios con más camas turísticas de España. No lo sé a ciencia cierta y eso es lo de menos ahora. Lo que sí sé es que la actual inestabilidad política le afecta de forma negativa, le está haciendo mucho daño, porque no se puede desarrollar una firme y eficiente gestión municipal, porque dificulta su progreso, porque se empaña su imagen, porque se retrasan los proyectos, ordenamientos e infraestructuras, porque pueden descuidarse la seguridad, el entorno, la tranquilidad y producir un cierto rechazo de los visitantes hacia un destino que, aunque no es jauja, recibía una clientela habituada a determinadas carencias.
Algunos de los servicios burocráticos del ayuntamiento no funcionan o lo hacen deficientemente. Se han denunciado casos de acoso moral a funcionarios por cuestiones ideológicas, o de animadversión personal. El nepotismo y el amiguismo se han afincado también ahí, en vez de buscar gente preparada e idónea para desempeñar sus funciones y se habla de sueldos fabulosos a costa del erario público destinado a personajes muy normales, a los que no hay que pagar ninguna genialidad.
Pero es que ahora surgen otras amenazas que el presente gobierno municipal, enfrascado en sus peleas internas, no parece detectar. Aparte de la renovación de la planta hotelera, que es un tema pendiente, asoman otros nubarrones que podrían perturbar la buena marcha de esta industria que tanto ha beneficiado a Gran Canaria. Se habla de un posible polígono industrial en la zona del Castillo del Romeral. ¿Se ha estudiado el impacto medioambiental que puede causar esta decisión? ¿No habrá contaminación, no habrá ruidos, no habrá molestias? ¿Y no terminará desapareciendo el mismo pueblo del Castillo del Romeral? El municipio ya guarda en su territorio una planta de residuos sólidos y parece que se concentrarán allí el basurero colectivo de Gran Canaria, con sus secuelas olfativas y contaminantes. Pero también quieren endilgar, bien aquí o en un municipio limítrofe, una gasificadora y además, de propina, una cárcel. Sólo faltaría que organizasen visitas turísticas guiadas al centro penitenciario.
De conseguir un destino turístico competitivo y original, no se habla mucho. Ni tampoco de instalar servicios de guaguas desde Playa del Inglés a los diferentes barrios, o de presionar para que se agilice la implantación de un tren que permita un transporte alternativo y no contaminante, que acorte las distancias entre la capital y permita el traslado de trabajadores o de turistas a la capital. O de adecentar la oferta comercial que ahora mismo tiene Playa del Inglés, o de incrementar las posibilidades de ocio.
Pienso que cualquiera que no tenga las ideas claras ni acredite una cierta preparación debería estar vetado para gobernar algo o ejercer cargos de responsabilidad.
Yo pregunto, ¿hay alguien interesado en que la zona turística de Gran Canaria desaparezca?. Por lo pronto ya hay algún personajillo chicharrero que dice que a nosotros nos sobra el Gran.
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sábado, 26 de abril de 2008
LAS AGUAS BAJAN TURBIAS EN EL SUR
Etiquetas:
macrocárcel,
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