EL FUTURO QUE NOS DEPARA LA MACRO CÁRCEL: DENUNCIAN EL AUMENTO DE LA DELINCUENCIA EN PLAYA DEL INGLÉS

Se quejan de los robos, venta de drogas, prostitución y acoso al turista

FUENTE: LA PROVINCIA.ES

FERNANDO BETHENCOURT. Los continuos robos, la venta de droga, la prostitución y el acoso constante al visitante se han apoderado de los centros comerciales Kasbah, Metro y sobre todo de la Plaza de Maspalomas, en pleno corazón de Playa del Inglés. Los turistas, sus principales víctimas, sufren a diario el acoso y la inseguridad de unas prácticas fomentadas por un número reducido de propietarios de negocios del ocio nocturno.

El resto de empresarios afectados, agrupados en torno a las federaciones de ocio, restaurantes y hoteleros de la isla aseguran tener miedo frente a las amenazas de represalias, ya que "hemos perdido la batalla de la seguridad en nuestros propios negocios".

Según constatan los afectados, a plena luz del día y, en mayor medida, en horas de la noche, se comenten hurtos, se menudea con la droga, se ofrecen prostitutas y se captan clientes para todo tipo de locales ilegales: "Ha llegado el momento en que nos han vencido. Es duro decirlo, pero no podemos hacer nada", confiesa un empresario, que no quiso revelar su nombre por miedo a sufrir daños en su negocio. "Aquí hay mucha gente que tiene miedo y otra mucha que simplemente mira para otro lado", añade otro de los afectados.

En un día normal, hasta 50 'ticketeros' de los locales nocturnos se adueñan de las calles del corazón comercial de Playa del Inglés. Para Francisco Molina, representante de la Federación Empresarial Canaria del Ocio y Restaurantes, "esta gente ha estado, durante mucho tiempo, de la mano de Dios y haciendo lo que les da la gana. Hay algunos que no tienen culpa, pero la mayoría hacen un mal uso del contacto con el turista porque le saca mucho dinero".

La mayoría de las responsables de la promoción a pie de calle giran en torno a un limitado número de locales de la zona baja del centro comercial Plaza. Estos utilizan una técnica conocida como pub-croll, consistente en abordar a los turistas para que acudan a sus discotecas. A los visitantes se les ofrece libre acceso a los pubs por un precio variable entre 10 y 40 euros. Estos turistas desconocen que en la mayoría de salas no exigen pagar la entrada.

En muchos de los locales de oferta sexual se les cobra una entrada, incluidas en estas ofertas ficticias. Una vez que el cliente se encuentra dentro, las chicas piden copas sin que éste se entere y después se le exige el dinero por esta consumición. Si el cliente se niega, esta práctica de extorsión finaliza en una paliza y la expulsión del local, con la cartera vacía o sin ella.

Por otro lado, durante el día mujeres, por lo general de origen africano, ofrecen al turista una pulsera y aprovechan la intimidación para sujetarle del brazo y exigirle dinero, o bien les roban directamente. Otras ofrecen servicios sexuales en la calle para realizar los hurtos.

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